domingo, 4 de agosto de 2019

Diplomacia bajo fuego


Diplomacia bajo fuego: el primer embajador estadounidense en El Salvador.


Por Carlos A. Medina Rivera

Más bien, el primer jefe de legación de los Estados Unidos de América en El Salvador, el diplomático James Rudolph Partridge (Maryland, EUA 1823-Alicante, España 1884).

James Rudolph Partridge fue un abogado y diplomático de carrera, graduado de Harvard, político estadounidense y Secretario de Estado del estado de Maryland, designado por el presidente Abraham Lincoln en 1862 como jefe de legación a Honduras y breve tiempo después trasladado a San Salvador donde sirvió como ministro residente durante tres años de 1863 a 1866. Fue designado Ministro residente el 16 de abril de 1863 pero presentó sus credenciales ante el gobierno salvadoreño en junio de ese mismo año.

A San Salvador llegó en tiempos muy convulsos, en medio de la guerra que entonces sostenían Guatemala y El Salvador, que dejaría como consecuencia la caída del gobierno de Gerardo Barrios y el sostenimiento del conservador Francisco Dueñas (1863-1871) por Rafael Carrera, dictador  guatemalteco en el poder desde 1838 y  afín políticamente a Dueñas.

Estados Unidos vio desde muy temprano la oportunidad de reconocer diplomáticamente a las recién independizadas naciones de la antigua América española y Brasil; junto con Gran Bretaña y Holanda fueron los primeros en mandar representantes al entonces gobierno de la República Federal de Centroamérica hacia 1824.

 Embajadores viajeros como Squier (1850) ya habían reportado a Washington el interés que habrían de tener en estas repúblicas del centro del continente. Entre 1863 y 1943 se mantuvo el titulo de Jefe de Legación o Ministro Residente, de 1943 en adelante se usa el término de Embajada, para propósitos de este artículo nos referiremos a Partridge como el embajador de los Estados Unidos de América en El Salvador.

La guerra contra Guatemala inició en los primeros días de 1863, como represalia al apoyo de Barrios al gobierno liberal de Nicaragua y a la invasión que Barrios había ordenado a ese país. Carrera invade El Salvador por el occidente y en la ciudad de Sonsonate Francisco Dueñas presta juramento como presidente de El Salvador, hecho no aceptado por Barrios pero que demuestra el control que Carrera tenía en esa zona del país, además de la influencia en el futuro gobierno conservador.

Gracias a los reportes enviados por Partridge al Secretario de Estado (Ministro de Relaciones Exteriores) de los Estados Unidos de América es posible conocer de primera mano la crudeza de este conflicto para los habitantes de El Salvador, y particularmente San Salvador en los días duros de 1863.

Los reportes fechados entre el 6 de junio de 1863 y el 17 de diciembre de 1865 dan cuenta tanto de la dureza de la guerra, como de los eventos en los que el embajador Partridge defendió los intereses estadounidenses, la salida de Barrios, la victoria de Carrera y el fusilamiento de Barrios en agosto de 1865. Los informes son dirigidos al Secretario de Estado de los Estados Unidos de América, Mr. William H. Seward (1861-1869), del Partido Republicano.

Estos reportes originales se encuentran en el National Archives and Records Administration II de College Park, Maryland, Estados Unidos de América  fueron investigados y traducidos por el autor de este artículo para la obra Gerardo Barrios Recopilación Documental 1856-1878, que tuve el honor de realizar para el Consejo Nacional para la Cultura y el Arte en el año de 2007.

Dicha  obra incluye correspondencia personal de Gerardo Barrios ubicada en el Archivo General de Centroamérica en Guatemala, la Universidad de Tulane en Nueva Orleans, EUA, el Archivo General de la República de El Salvador, Biblioteca del Congreso en Washington, EUA y el National Archives I en Washington DC. Apócrifamente otros han reclamado autoría de esta obra pero aclaro mi persona es el autor material de este trabajo, siendo el actual Ministerio de Cultura su propietario intelectual, que fue publicado por el citado Consejo Nacional para la Cultura y el Arte y financiada por  la embajada de los Estados Unidos en El Salvador en un tiraje de un mil ejemplares distribuidos a embajadas y universidades de los Estados Unidos y varios países de Latinoamérica.

Entrando en materia, los reportes muchos de ellos son escritos en un tono de urgencia ante la situación bélica que afectaba a El Salvador y como se mencionó, la fecha del primer reporte es 6 de junio de 1863.

En el que se puede leer lo siguiente: 

“La confianza aquí (San Salvador) se debilita, la gente está sospechosa; no hay entusiasmo contra Guatemala, y en fin, las cosas parecen estar como de costumbre en estos países, cuando todo el mundo espera un cambio repentino o violento cambio de administración, y lo primero es buscar una posición de neutralidad, lo que mantendría a salvo su fortuna.
Carrera sigue en Jutiapa, con una fuerza considerable, la cual se ha mostrado hacia Sonsonate, en este Estado”

Por Estado el embajador se refiere a la antigua configuración por estados de la extinta República Federal de Centroamérica.

En el siguiente reporte escrito a finales de junio, el embajador Partridge reporta al Secretario de Estado la presencia de Carrera en Chalchuapa, El Salvador y las dificultades económicas que atraviesa Barrios al “fallar en conseguir un préstamo por dos millones de dólares en Inglaterra”, y decir al respecto “dudo si tiene (Barrios) 20 mil dólares en su cofre”
El embajador no le pudo mostrar sus credenciales a Barrios pues este se encontraba en Santa Ana y retornó hasta el 28 de junio a San Salvador, por si fuera poco, Barrios enfrentó una rebelión de los indígenas de Cojutepeque al parecer por problemas que Barrios tenía con el obispo de San Salvador y reportaronse problemas en San Vicente, donde el general Bracamonte partió a sofocarlos.

Lo que si pudo hacer el embajador Partridge, al menos transitoriamente, fue proteger los bienes de ciudadanos americanos en San Salvador. Cuando en un intento desesperado de obtener recursos, enviados del gobierno salvadoreño intentaron confiscar bienes de ciudadanos extranjeros y en particular de un neoyorquino de apellido Knoppel lo que relata en su despacho del 12 de julio de 1863:

“De una vez procedí a la casa del señor Gonzáles (seguido de mi sirviente, con mi bandera) y al serme mostrados por el señor Prieto en un pequeño cuarto los bienes pertenecientes a ciudadanos americanos, y que estaban a punto de ser retirados por un oficial del gobierno, desenrollé mi bandera y la coloqué sobre las cajas en ese cuarto y le dije al oficial que todos los efectos ahí que eran propiedad de ciudadanos americanos estaban protegidos bajo la bandera de los Estados Unidos”

En el mismo despacho Partridge relata que los representantes de Gran Bretaña y Francia (residentes en Guatemala) le han recomendado el cuido de sus connacionales ante cualquier emergencia, lo cual comunicó al gobierno salvadoreño.

El temor a las confiscaciones era generalizado pues el pillaje, saqueos y los empréstitos forzosos eran formas comunes de avituallamientos en las guerras del siglo XIX, tanto así que según el embajador Partridge, en San Salvador:
 “los bienes de esta ciudad...están ahora bajo la protección de sus respectivas banderas, las cuales vuelan en todas direcciones como una forma de protección en caso de asaltos y captura de este lugar. El mismo Gerardo Barrios ha puesto sus bienes bajo la protección de la bandera inglesa.”

Para agosto de 1863, se vislumbra un estado muy difícil pues “la deplorable situación de este gobierno continúa sin alivio y con toda la perspectiva de empeorar” Relata en su informe el embajador Partridge  que el puerto de La Unión ha sido tomado por “una expedición de entre 400 a 500 hombres provenientes de Nicaragua” y que las autoridades del gobierno salvadoreño “han huido previamente” y que los principales habitantes de San Miguel (¿liberales?) también han huido.

Solo sostenían a Barrios 4000 hombres y prácticamente el país entero estaba ya en manos de Carrera, a comienzos de agosto, según los informes de Partridge, únicamente San Salvador estaba controlado por el gobierno de Barrios.

Las potencias extranjeras también estaban al tanto de lo que sucedía en El Salvador, “barcos españoles, ingleses y franceses esperan órdenes para arribar”  y el buque americano  “Saginaw” se trasladó desde Acapulco, México. Obviamente, para la protección de los connacionales de esos países.

El embajador Partridge medió en el conflicto directamente entre Barrios y Carrera, a solicitud de Barrios, Partridge se dirigió a Santa Tecla y le pidió que “procediera a hacer necesarios los arreglos para una entrevista entre él y Carrera para el cese de hostilidades”
No se especifica en el informe adonde tuvo lugar exactamente la entrevista, en la que Barrios quizá inconsciente de su situación desventajosa afirmó que no entregaría el poder ni a Dueñas ni a parte alguna del ejército invasor guatemalteco liderado por Carrera. Aunque Barrios manifestó su voluntad de retirarse del Poder Supremo. 

La entrevista duró desde el mediodía hasta las 5 de la tarde. Por relaciones en los informes, personalmente se puede inferir que esta habrá tenido lugar ya sea a la entrada de Santa Tecla o en algún punto cercano donde se ubica actualmente la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.

Hacia octubre, la situación de Barrios era prácticamente insostenible, Carrera ya había avanzado y tomado el pueblo de San Jacinto, y los generales Zavala y Cerna (sucesor en la presidencia de Guatemala a la muerte de Carrera) ocuparon el poniente y norte de San Salvador respectivamente.

Partridge describe lo duro de los bombardeos, que incendiaron y destruyeron varias casas, matando a mujeres y niños, y reclama que: “mientras se apunta a la casa del General Barrios y otros prominentes salvadoreños esos disparos siempre yerran, y las casas dañadas son las de los residentes extranjeros tales como el vice cónsul inglés…y el cónsul francés quien escapó por poco de morir por la misma causa”

A su regreso de uno de sus viajes a Santa Tecla, Partridge da cuenta de haber encontrado las provisiones casi terminadas, las pipas de agua destruidas  y cerca de 250 personas en los hospitales “mal cuidados y sufriendo por las heridas”

No obstante lo insalvable de su posición, Barrios endurece las condiciones de abandono del poder pues en el reporte del 12 de octubre de 1863, a dos semanas de su caída, Barrios propone la retirada del ejército invasor; hecho que provocó una nueva reunión entre Partridge y Carrera en San Jacinto y después una reunión con el General Barrios para hacerle saber el rechazo de Carrera.

Drama humano: mientras el embajador Partridge salía nuevamente hacia el campamento de Carrera, fue seguido por una multitud de mujeres y niños “en larga procesión”, quienes le imploraron los dejara continuar bajo la protección de la bandera de los Estados Unidos “porque si intentaban abandonar a otra hora, aun autorizados y bajo advertencia, hubieran sido inhumanamente disparados por su propia gente. Los traje conmigo”

De los últimos días del gobierno de Barrios, Partridge reporta que la capital está en condiciones “inenarrables y deplorables”, que Barrios se resiste a irse, lo que ha provocado que los extranjeros abandonen la capital.
El mismo Partridge reporta su mal estado de salud pues por “la exposición que he sufrido al sol tropical del mediodía al cabalgar de campamento a campamento, me han causado fiebres; y he sido capaz aunque con dificultad, de venir al Puerto y luego a La Unión, donde espero que unos días me restablezcan”

Barrios sale de San Salvador. En reporte fechado el 4 de noviembre de 1863, desde La Unión, Partridge informa que Barrios salió de la capital  la mañana del 26 de octubre, curiosamente día del cumpleaños 40 del embajador Partridge, y que hubo mucho desorden y pillaje, tanto por las tropas de Barrios como por la chusma (sic) de la ciudad y por las tropas de Carrera. Barrios salió con 1200 hombres rumbo a San Miguel, dejando prácticamente sin autoridad la capital.

Funcionarios del gobierno de Barrios (su ministro de Exteriores y un empleado del Tesoro) más dos militares fueron fusilados en el camino a Santa Tecla.
Dos años después de los acontecimientos de 1863, a principios de 1865, Partridge reporta que “El Salvador se tambalea bajo una deuda “interior” de 800,000 dólares; además de un pago secreto mensual de 10,000 dólares a Carrera, personalmente para él y por el restablecimiento de La Libertad”

Uno de sus últimos reportes en El Salvador muestra ya algo de optimismo respecto de la situación del país, el del 17 de diciembre de 1865, menciona que la república ha quedado sin convulsiones políticas o disturbios y no duda en afirmar que “Barrios fue ejecutado en cumplimiento de sentencia de un Consejo de Guerra, este asesinato (porque no merece otro nombre) tomó lugar a las 4 de la mañana de ese día (29 de agosto), sin previa intimación al público el cual se volvió muy exasperado y excitado tan pronto se conoció la noticia. Hubo señales de una turba y conmoción las cuales fueron de una vez suprimidas”.

No omite manifestar el embajador Partridge que no hay un hombre con la capacidad y resolución para sustituir a Barrios en el Partido Liberal (¿crisis de liderazgo ya en el siglo XIX en los liberales?), que acaban de pasar elecciones para diputados y que las Cámaras (entonces El Salvador tenía un Legislativo bicameral, hecho que cambiaría con la Constitución liberal de 1886 y que aún se mantiene a la fecha) se reunirán en enero de 1866. Respecto de las finanzas públicas  menciona que la “situación financiera está mejor desde que se exige que todas las obligaciones en las aduanas se paguen con dinero” y que respecto a la deuda el gobierno ha anunciado que pagará “el primer compromiso de interés el 1 de enero de 1866”.

Quizá a muy pocos de los aproximadamente 55 embajadores estadounidenses les habrá tocado experimentar conflictos tan duros como el que vivió James Rudolph Partridge en El Salvador, comparables en intensidad solo a los momentos álgidos del conflicto armado entre 1980 y 1992.

¿Qué fue de James Rudolph Partridge después de su paso por El Salvador?

Bajo un nuevo gobierno en Washington después del asesinato de Lincoln, con la Guerra Civil terminada en victoria para la Unión, y en la presidencia Andrew Johnson; Partridge regresó a Baltimore, según el periódico Baltimore Sun en su edición del 26 de febrero de 1884; fue hasta 1869 que Partridge volvió al servicio exterior, esta vez a Venezuela, donde estuvo hasta mayo de 1870, cuando regresó a Estados Unidos debido a la salud de su hija. Partridge ya había perdido a su esposa Mary Baltzell Partridge en 1854. El embajador tuvo dos hijas, Francis Eleanor y Anne Mary ambas fallecidas en su juventud a los 22 y 32 años respectivamente. 

Entre 1871 y 1877 sirvió como embajador en Brasil. Entre 1878 y 1881 trabajó en la comisión que estudió los reclamos mexicanos hacia los Estados Unidos por cuestiones fronterizas. Su último trabajo diplomático fue ante el gobierno de Perú, donde permaneció un año y fue sustituido.

Por razones de salud decide viajar a Europa, visitando Havre en Francia, Turquía, Egipto, Tierra Santa y Beirut, donde tuvo complicaciones cardíacas, volvió al continente europeo via Malta y se trasladó a Málaga de donde decidió ir a Marsella, Francia, cuando se movilizaba rumbo a ese puerto francés, sufre una complicación de salud en Alicante y en España fallece, presuntamente de un suicidio. Aunque este mismo medio cita a parientes que afirmaron que Partridge no era del tipo de persona que buscaría por su propia mano acabar sus días, sino más bien lo atribuyen a un paro cardíaco en Alicante, España y que el cable confundió las palabras en inglés “seaside” por “suicide” de sonido similar.

Partridge fue sucedido en El Salvador por Alpheus Starkey Williams (1867-1869).

Los restos de Partridge descansan en el Green Mount Cemetery en la ciudad de Baltimore, estado de Maryland, EUA

                                             



Fuentes:
Libro: Gerardo Barrios. Recopilación Documental 1856-1878. Consejo Nacional para la Cultura y el Arte, San Salvador, 2007.

Sitios de internet:
www.marylandstate.gov, sitio oficial del gobierno del estado de Maryland.

www.state.gov, sitio oficial del Departamento de Estado de los Estados Unidos

The Baltimore Sun, febrero 26, 1884.





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