miércoles, 9 de septiembre de 2020

BICENTENARIOS QUE SE CUMPLEN EN 2020

 Bicentenarios que se cumplen en 2020

"La ciudad de San Salvador suponía la mas grande amenaza a la dominación guatemalteca e igualmente temía que la represión proveniente de Guatemala fuese mas severa que la de la madre patria. Alguna de la ambición era política, otra económica y una que otra religiosa - Hay alguna buena razón para creer que esta última era la más importante...en la década después de 1811 el candidato para la esperada posición de obispo era el liberal José Matías Delgado. Delgado abiertamente abogaba por la separación de El Salvador de Guatemala en los asuntos civiles para lograr la independencia eclesiástica. Es de suma importancia que hacia 1820 muchos centroamericanos estaban opuestos tanto a pertenecer a una organización política encabezada por Guatemala como a seguir perteneciendo al imperio español"

Karnes (1976) p. 15-16

Octubre 25, 1820: El Ayuntamiento de San Salvador da un pliego...en la cual consta que la Intendencia comprende los partidos de San Salvador, San Vicente, San Miguel y Santa Ana, los cuales están divididos, a su vez, en quince partidos subalternos, en los cuales hay como 207,500 habitantes, repartidos en tres ciudades, dos villas, ciento veintisiete pueblos, ochenta y dos aldeas, cuatrocientos cuarenta y siete haciendas y cuarenta curatos"

Monterrey: Anotaciones cronológicas (1977)  p. 59

"Entre 1814 y 1820, con Fernando VII tolerando ningún  compromiso con la representación criolla en el gobierno, el conflicto se convirtió en una cuestión clara de sumisión a España o independencia llevado a una escala continental...En Centroamérica no se intentaba nada, los partidarios de la independencia esperaban que surgiera una situación más esperanzadora

White (1973) p. 61

Traducción libre del sitio de la UCSD. University of California in San Diego

martes, 24 de diciembre de 2019

7 de diciembre de 1941. Centroamerica entra a la Segunda Guerra Mundial. (y II)



Centroamérica en el Día de la Infamia. 7 de diciembre de 1941 ( y II)

Por: Carlos Alfredo Medina Rivera


Para el caso de Nicaragua, si bien tampoco aportó tropas de combate, tuvo un papel bastante similar al de Honduras pues el país se convirtió en proveedor de materias primas para los Aliados tales como caucho, azúcar y café. La guerra para Nicaragua empezó un 9 de diciembre de 1941 al declarar la guerra al Japón y el 11 de diciembre le declaró la guerra a Alemania e Italia, previa declaración de estado de guerra, estado de sitio y ley marcial.

No solo la declaración de guerra nicaragüense abarcó los principales tres países del Eje, sino también el 19 de diciembre de 1941 les fue declarada la guerra a Hungría, Bulgaria y Rumania.

Somoza había logrado, como también lo hicieron los otros tres dictadores centroamericanos, un control casi total de la oposición en su país pero la entrada en la guerra le dio una oportunidad adicional para reforzar ese control al decretar otras medidas aparte de las mencionadas, tales como la suspensión del artículo 62 de la Constitución Política de Nicaragua de 1939, el cual era relativo al ejercicio de la “libertad de comercio, contratación e industria”, la cual era reconocida por el Estado de Nicaragua, si bien en la segunda parte de dicho artículo el mismo Estado se otorgaba el derecho de “establecer limitaciones o reservas en dicho ejercicio”

Y eso fue efectivamente lo que sucedió, Somoza estableció límites al ejercicio de este derecho como medida de control para la oposición y el sector empresarial, se limitó el margen de ganancia a los productos de primera necesidad al 5%, se congelaron los alquileres y se creó un monopolio estatal para la importación de medicinas básicas.

Casi de inmediato los ciudadanos alemanes fueron encarcelados: aquellos con familia nicaragüense fueron llevados a la Quinta Eitzen, confiscada a Ulrich Eitzen, allí este grupo de alemanes tenían derecho a lavarse y a dormir en interiores; los que no tenían familia nicaragüense fueron llevados a los prisión conocida como El Hormiguero, donde las condiciones no eran las mejores: allí no había techo, tenían que dormir de pie, la comida no alcanzaba y se les prestaba poca o ninguna atención médica.

En el caso de Costa Rica, este país centroamericano era el único que hacia el inicio de la guerra tenía un partido Nazi, si bien pequeño. Llama la atención que se llamase Partido Nazi Costarricense (PNCR) pues en una Centroamérica poco acostumbrada a contar con todas las corrientes de pensamiento político representadas, este país era la excepción en ese sentido pues también era legal el Partido Comunista de Costa Rica.

No obstante las simpatías que el expresidente costarricense Leon Castro tuvo con las potencias del Eje, que incluyeron la llegada del buque de guerra Schleswig-Holstein en 1937 y la designación del alemán Max Effinger perteneciente al PNCR como jefe de Migración; la declaración de guerra costarricense hacia Japón ocurrió el 8 de diciembre y a Alemania e Italia el 11 de diciembre de 1941. Cuando empezó la guerra, León Castro había concluido su mandato y fue el presidente Calderón el encargado de solicitar al Congreso de Costa Rica la declaración de hostilidades.

Es de hacer notar también que Guatemala junto con Costa Rica eran los países con mayor cantidad de inmigrantes alemanes en Centroamérica, lo que hizo más notorio las medidas contra este grupo tomadas por el gobierno del presidente Calderón. Se calcula que vivían unos 3000 alemanes en Guatemala hacia la década de 1920 y en Costa Rica el censo de 1927 registro 685 alemanes en Costa Rica, sin embargo esa cantidad se redujo a 350 según el censo de 1950, por lo que valdría suponer que la cantidad de alemanes no sobrepasó los 1000 hacia 1940.

A los alemanes en Costa Rica también se les confinó a un sitio en el centro de San José, en el llamado Plantel de Pavimentación, a un costado del Cementerio Obrero, ahí se construyó una instalación con capacidad para 400 personas, resguardadas para evitar fugas. Se calcula también que aproximadamente 380 costarricenses de origen alemán fueron trasladados a campos de internamiento en Crystal City, Texas, Estados Unidos. Además, hubo otros campos de prisioneros como Camp Kennedy, para hombres solteros, y Camp Seagovile para mujeres solteras y parejas sin hijos.

También en Costa Rica tuvieron lugar expropiaciones a alemanes de familias ricas que dominaban los cultivos de azúcar y café, tal es el caso de la familia Niehaus que operaba la finca Victoria, que posteriormente se convertiría en la primera cooperativa agraria-industrial de Costa Rica en 1942.

En un claro acto de guerra, el 4 de julio de 1942 el buque carguero San Pablo propiedad de la United Fruit Company, anclado en el puerto de Limón en el Atlántico costarricense fue torpedeado por un U boot alemán, con saldo de 24 costarricenses muertos. Esta acción desencadenó protestas anti alemanas en San José donde hubo disturbios y se procedió al arresto de casi un centenar de alemanes e italianos que fueron a parar al campo de internamiento del Plantel de Pavimentación.

Panamá reunía en su territorio la considerada joya de la corona de los intereses americanos en Centroamérica y el Caribe: el Canal de Panamá, si bien el canal estaba ubicado en una franja de tierra que se extendíaa ambas costas del istmo panameño llamada la US Panama Canal Zone, la franja estaba bajo soberanía estadounidense.

Desde finales de la I Guerra Mundial el Canal de Panamá se había convertido en un motivo de preocupación para las autoridades estadounidenses, pues era una vía abierta a todo el comercio mundial y tenían que protegerlo en esos convulsos tiempos. Para protegerlo se destinaba casi una quinta parte del presupuesto de espionaje y durante la guerra se crearon anillos de protección aérea que abarcaban desde el istmo de Tehuantepec en México hasta la frontera colombo-brasileña.



Se estima ademas que la presencia militar estadounidense en Panamá pasó de 19 mil soldados antes de la guerra a 65 mil soldados a inicios de la guerra. Y se solicitó también el permiso de varios países del área para usar bases y puertos aéreos.


Panamá tiene también la particularidad de haber declarado la guerra a Japón incluso antes que los Estados Unidos pues el presidente Ricardo de la Guardia Arango hizo la declaración horas antes que el presidente Roosevelt de Estados Unidos.

En cuanto a la población de los países del Eje que presentaba Panamá, debe tomarse en cuenta que Panamá ganó su independencia en 1903 y que el proyecto del canal se terminó en 1914 con una gran cantidad de trabajadores extranjeros. El censo de población de 1911 registra 696 italianos, 137 alemanes y 25 japoneses, el censo de 1940 calcula la población total extranjera total de Panamá en 50713 individuos de un total de habitantes de 622576 personas, o sea el 8.14%. Para 1941 hubo se aprobaron leyes migratorias que prohibieron la entrada a Panamá de ciertos grupos nacionales.

Cabe mencionar que si a principios de siglo los tres grupos de trabajadores extranjeros más representados en Panamá eran los barbadenses seguido de los españoles y los martiniqueños. Dicha situación cambió hacia 1950 cuando nicaragüenses, costarricenses y salvadoreños pasaron de 3827 a 9550 en el mismo periodo.

Un año antes del inicio de la guerra, en diciembre de 1940, la revista Selecciones publicó el artículo titulado “Curioseando por el Caribe”, en donde se narra la presencia alemana en esa zona y relata que los alemanes ya han conseguido establecer una red de colaboradores no solo en las islas del Caribe sino también en la costa Atlántica centroamericana :

“que en su mayoría había sido tejida por agentes oficiales de Alemania en estos países como cónsules o empresarios que se apoyaban en contrabandistas de bebidas, prófugos presidiarios, y traficantes de narcóticos, que ganan mucho dinero por transportar combustible a los abrigados puertos en ciertos cayos desiertos, donde pueden darse cita sin ser vistos, los submarinos y sus abastecedores”

A poco más  de dos meses de las declaraciones de guerra centroamericanas a los países del Eje, un 17 de febrero de 1942, estalla la llamada Batalla del Caribe, con una operación de torpedo alemán en Aruba a dos petroleros venezolanos por un submarino alemán, causando la muerte de cuatro oficiales y 36 marineros. Un reporte del New York Times de julio de 1942, estima que 396 naves habían sido hundidas por submarinos alemanes. Además de ello, se sabe que naves italianas daban apoyo a submarinos alemanes entre las costas de Guyana y Brasil.

La Batalla del Caribe duró casi todo 1942, para 1943 con los Aliados victoriosos en África la guerra en el Atlántico occidental empezó a menguar y las naves alemanes regresaron a Europa.




¿Qué le dejó a Centroamérica su participación en la Segunda Guerra Mundial?

 Difícil pregunta de resolver en un pequeño articulo, ciertamente la cooperación estadounidense aumentó , al menos en la forma de préstamos para el desarrollo como el caso salvadoreño para terminar la Carretera Panamericana, o la donación de tanques para el ejército Sherman guatemalteco; obviamente parece que la atención que le prestaron los Estados Unidos a estos países incrementó pues al menos bajo el pretexto de combatir el comunismo, Estados Unidos se volvió el país mas influyente en la región hasta el momento presente; aunque a costa de sostener gobiernos militares que muchas veces recurrieron a la represión como única respuesta a la demanda de mas libertades políticas a la población y mayor igualdad económica.

Otro aspecto derivado de la Segunda Guerra Mundial mucho más palpable es que a partir de los años 50 del siglo XX hay una marcada tendencia a la institucionalización de fuerzas navales en cada uno de los países centroamericanos, pues a pesar de que la región tiene centenares de kilómetros de costa en ambos océanos, no es sino después de la guerra que se crean formalmente Marinas Nacionales en tres de los países centroamericanos, todas con naves marítimas provenientes de los Estados Unidos de América

El Salvador institucionalizó su Fuerza Naval el 12 de octubre de 1952, Guatemala el 15 de enero de 1959, Honduras institucionalizó la propia en 1865 pero no fue formalmente desarrollada sino hasta 1950 y operativa hasta 1976, y Nicaragua hizo lo propio después del triunfo de la Revolución Sandinista en 1980.

Costa Rica y Panamá al no tener ejércitos como tales, dependen de sus cuerpos policiales para la vigilancia de sus costas.

Un aspecto que no está ligado a la guerra en sí pero sirve como muestra de la influencia estadounidense en la región es que al menos en cuatro de los siete países centroamericanos se fundaron escuelas americanas entre 1944 y 1955, de carácter internacional y acreditadas por instituciones estadounidenses, que sirvieron primero como lugares de enseñanza para hijos de diplomáticos de los Estados Unidos y después se convirtieron en centros abiertos al público en general pero con una base de alumnado provenientes de las élites económicas centroamericanas.


 Fuentes:

Berth, Christiane. “La Inmigración Alemana En Costa Rica. Migración, Crisis y Cambios Entre 1920 y 1950 En Entrevistas Con Descendientes Alemanes.” Revista De Historia De América, no. 137, 2006, pp. 9–31. JSTOR, www.jstor.org/stable/20140162.

Fernandez Ordonez, Rodrigo. “La Guerra Olvidada” https://educacion.ufm.edu › la-guerra-olvidada-ii Universidad Francisco Marroquín, Guatemala.

Marin Anaya, Giselle. La Inmigración internacional en el Caribe panameño vista a través de los censos de población de 1911 a 1950. Revista Estudios Universidad de Costa Rica. No. 22. Pagina 322 a 347. ISSN: 1659-1925/2009. 

Harrington, Desmond. Pearl Harbor y Panamá. La Prensa de Panamá. 6 de diciembre de 2018.

Noriega, Rodrigo. La custodia aérea del Canal de Panamá. La Prensa de Panamá. 19 de junio de 2017.

“Los alemanes en Guatemala”. Tulane Howard Tilton Memorial Library. Tulane University Digital Library.

Dyer, Zach.“ The story of Costa Rica’s forgotten World War II internment camp”. The Tico Times. 15 de diciembre de 2014.


Friedman, Max Paul. Nazis y buenos vecinos. Las campañas de EUA contra los alemanes de America Central. 

lunes, 16 de diciembre de 2019

7 de Diciembre de 1941. Centroamérica entra a la Segunda Guerra Mundial.


Centroamérica en el Día de la Infamia. 1941. (I)

Por: Carlos Alfredo Medina Rivera

7 de diciembre de 1941. El día que vivirá siempre en la infamia, según palabras del presidente Franklin Roosevelt al saber del ataque japonés a la base de Pearl Harbour en el entonces territorio de Hawaii, a las 7 de la mañana de ese domingo.

El ataque ocurrió a temprana hora como se ha anotado, lo que significa que en la región centroamericana eran la 1 de la tarde y probablemente los centroamericanos se dieron cuenta vía radio ese mismo domingo despues del mediodia o lunes por la mañana, cuando los gobiernos ya estaban tomando medidas para unirse a la guerra en el bando de los Aliados. 

Centroamérica estaba gobernada casi en su totalidad por militares, desde Guatemala a Nicaragua, dictaduras con cerca de diez años en el poder como el general Jorge Ubico en Guatemala, el general Maximiliano Hernández Martínez en El Salvador, el general Tiburcio Carías Andino en Honduras desde 1932 y la dictadura Somoza con Anastacio (padre) en el poder en Nicaragua desde 1937.

Excepciones hechas de Costa Rica, gobernada por Rafael Ángel Calderón Guardia  (médico)  presidente de Costa Rica de 1940 a 1944 y Panamá, liderada por Ricardo Adolfo de la Guardia Arango (1941-1945) y por cierto, el más reciente presidente centroamericano antes de la Segunda Guerra Mundial pues asumió el poder en octubre de 1941.

Belice, entonces posesión británica, tenía como jefe de Estado al rey Jorge VI y a John Adams Hunter como gobernador general del territorio.

Cómo reaccionaron los gobiernos centroamericanos a la guerra?

Si bien se dice que hubo presiones estadounidenses para que los países centroamericanos entraran a la guerra, estos no lo hicieron mandando directamente tropas de combate, como por ejemplo si lo hicieron en la campana del golfo a principios de los años 2000s.

Más bien el papel de estos países fue el de proveer materias primas para el esfuerzo de guerra y de vigilancia, sobre todo en las costas, de modo tal que se evitaran incursiones japonesas o alemanas.

Guatemala declaró la guerra a Japón el 8 de diciembre y a Alemania el 11 de diciembre de 1941, sin embargo un año antes se habían instalado dos bases americanas, una en el aeropuerto de La Aurora y la otra en el Pacífico guatemalteco para ayudar a la defensa del Canal de Panamá. Guatemala tenía la particularidad de tener una importante colonia alemana que controlaba el negocio del café de exportación, sin embargo el gobierno de Ubico tomó medidas en contra de dicha comunidad tales como la intervención del ferrocarril de Verapaz el 19 de diciembre, el 23 de diciembre se cerraron colegios, clubes y asociaciones alemanas, el 12 de junio de 1942 se intervinieron las fincas alemanas en Guatemala, según listas,  y poco tiempo después se procedió al encarcelamiento y deportación de alemanes en Guatemala.

En El Salvador, si bien no existía una comunidad de alemanes tan influyente como en Guatemala, si habían algunas familias italianas y alemanas que se establecieron en el país, muchas de ellas en los cerros cafetaleros de Usulután y el area del volcan de San Miguel. Siempre se ha discutido acerca de las simpatías que los dictadores de los 4 países del norte de Centroamérica habrían sentido por las potencias del Eje, lo cierto es que a la hora de tomar bando en la Segunda Guerra Mundial lo hicieron a favor de las democracias de Occidente. En el caso salvadoreño, es interesante notar dos sucesos que aparecieron publicados en las páginas del Diario Oficial a finales de noviembre de 1941, días antes de la entrada a la Segunda Guerra Mundial.

Uno, la cotización del colón respecto al dólar americano, (2.50 colones x 1 dólar), la cotización respecto a la libra esterlina británica (10 colones por libra) y la paridad 1x1 respecto al Reichsmark alemán; este hecho se explica por ser estos tres países los destinatarios de las principales exportaciones de café salvadoreño en esa época. Después de la declaración de guerra, ya no fue posible ver en el Diario Oficial de El Salvador la cotización del Reichsmark y del Yen japonés.

Dos, la aceptación de un préstamo por $1,196,000.00 dólares de los Estados Unidos de América “a un tipo de interés no mayor del 4% anual a un plazo no mayor de 12 años”, este préstamo sirvió para terminar la Carretera Panamericana desde la frontera con Guatemala hasta la frontera con Honduras y la introducción del agua potable en varias poblaciones. Este préstamo se aprobó en la sesión plenaria del 2 de diciembre de 1941 y fue publicado al día siguiente en el Diario Oficial de la República de El Salvador, Tomo 131, número 271.

Parece obvio que estos países pronto entrarían a la guerra pues al leer uno de los considerando del decreto alusivo al préstamo en mención se dice que;

“Ofrece (los Estados Unidos) su cooperación económica a los países del Continente americano, a efecto de que puedan estar preparados en todo momento para el desarrollo de los trabajos y operaciones de Defensa del Hemisferio Occidental...sabedores como están de que es la única forma de que estos países de estrechas economías, puedan hacer frente a las cuantiosas erogaciones que la financiación de las obras de de defensa requieren…”

Como garantía de dicho préstamo se “afectará la renta proveniente del Impuesto de Vialidad”

Finalmente, el decreto 90 de la Asamblea Legislativa de la República de El Salvador decretó el estado de guerra entre la República de El Salvador con el Imperio del Japón. Se adujeron razones como la agresión älevosa” japonesa a los Estados Unidos de América y los pactos de defensa entre los países americanos.

El decreto 91, declaraba el estado de sitio en todo el país y facultaba “al Poder Ejecutivo par permitir que fuerzas de cualquier nación americana, ocupen cualquier parte del territorio nacional y aguas territoriales que se necesiten para la defensa continental”.

El 13 de diciembre de 1941 El Salvador declara la guerra a Italia y Alemania, según decreto 93 de la Asamblea Legislativa de la República de El Salvador.

En cuanto a los ciudadanos varones de esas nacionalidades, italianos y alemanes, fueron puestos en cautiverio en las cárceles del Palacio de la Policía de San Salvador.

El tamaño de la Fuerza armada de El Salvador, un país que no llegaba a los 2 millones de habitantes, era de 3000 soldados; según decreto 94 de fecha 13 de diciembre de 1941, publicado el 17 de diciembre de 1941.

Para la República de Honduras, la guerra inició el 8 de diciembre de 1941 cuando Tiburcio Carias Andino vía telegrama declara la guerra a Japón y a Italia y a Alemania el 12 de diciembre de 1941, también por el mismo método telegráfico.

Por tener costa en el Atlántico Honduras era más vulnerable a las incursiones alemanas submarinas en el mar Caribe, y sus exportaciones de banano se vieron amenazadas al convertirse en objetivo de guerra las naves de la Gran Flota Blanca de la United Fruit Company, verdadera fuerza naval no oficial del país catracho. Algunas naves de la UFC fueron cubiertas con el pabellón hondureño y realizaron acciones de patrullaje y combate en el océano Atlántico.

Según el reportaje de la época en cuestión  “Cooperación de Honduras en la Segunda Guerra Mundial” de ArchivoDiFilm Argentina, Honduras contribuyó más en materias primas que con acciones bélicas pues:

 “la rica tierra tropical de Honduras como la de muchas de las otras repúblicas latinoamericanas puede producir los materiales bélicos indispensables que se perdieron en el Pacífico: caucho para cientos de usos, aceites, fibras para abordaje necesarios en todos los barcos, madera de balsa para aeroplanos y para balsas salvavidas, caoba para las lanchas torpederas de patrullas”

Fuentes:

Prensa Libre Guatemala. 1956: Guatemala termina la guerra con Alemania. Hemeroteca PL, 19 de noviembre de 2017.

Wagner, Regina; Los Efectos de la Depresión de 1929 y de la Segunda Guerra Mundial. Historia del Café en Guatemala, Villegas Editores. (sitio web)

Diario Oficial de la República de El Salvador, noviembre-diciembre de 1941.

Video: Cooperación de Honduras en la Segunda Guerra Mundial 1941. www.difilm-argentina.com 
Youtube.


martes, 19 de noviembre de 2019

Joyas Quemadas: Los incendios que han destruido patrimonio cultural.

Joyas Quemadas

Por: Carlos A. Medina Rivera

En el pasado de El Salvador existen situaciones que han supuesto la pérdida de patrimonio cultural que va desde el arquitectónico al documental , o incluso el pictórico o el de la imaginería acumulado desde tiempos de la Colonia a los tiempos recientes.

Posiblemente la pérdida de patrimonio más significativa para la república haya sido el poco recordado incendio del 19 de noviembre de 1889 que tuvo como víctima al primer Palacio Nacional.

A más de un siglo desde ese hecho, vale recordar aunque sea de forma ligera la importancia que tuvo ese edificio en el desarrollo histórico del país.

La tradición sostiene que fue el general Gerardo Barrios el que concibió la idea de un edificio que sirviera de sede al gobierno de la nación, que hasta entonces hacia 1860, había operado físicamente en la sede del Palacio Municipal de San Salvador, al costado sur de la Plaza Libertad o Plaza de Armas de San Salvador, como se le conoció en la época colonial.

Barrios había lanzado durante su gobierno interesantes reformas que estaban cimentando el Estado salvadoreño y un nuevo edificio parecía propicio para esta etapa de desarrollo  administrativo que vivía el país. Desafortunadamente las tensiones y conflicto armado con Guatemala serían el punto álgido en los primeros años de la década de 1860 y el proyecto tuvo que comenzar hasta la pacificación del país después de ese conflicto.

Se sabe que el proyecto inició en 1866 y fue inaugurado hacia 1870, el presidente de ese entonces, Francisco Dueñas solo pudo gobernar un año desde el nuevo palacio Nacional pues fue depuesto por una revolución comandada por el Mariscal Santiago González en 1871.

Nótese que la palabra nacional se escribió con N mayúscula pues efectivamente ese era el sentido de ese edificio ubicado en lo que fueron casuchas frente a la plaza de Santo Domingo, un edificio que representara a la nación precisamente en la época de la formación del estado nacional. (1840-1871)

El edificio albergó físicamente siete presidencias, desde los últimos años de Francisco Dueñas (1863-1871) hasta Francisco Menéndez (1885-1890) pasando por  la segunda presidencia individual más larga de toda la historia salvadoreña, los nueve años de Rafael Zaldívar (1876-1885) hasta las presidencias semanales de Fernando Figueroa y don José Rosales en 1885.

Precisamente es en la presidencia de Francisco Menéndez cuando se da el incendio en la madrugada del 19 de noviembre de 1889. Un incendio que comenzó en el costado poniente del edificio hecho en su segunda planta de madera y lámina y de paredes de concreto en la primera planta.
Consumido en aproximadamente tres horas, el edificio perdió casi totalmente su infraestructura, quedando solo las paredes del primer nivel. Lo mas importante, se perdieron los archivos del país, el patrimonio documental de la joven república salvadoreña se quemó de casi de forma total. Ahí desaparecieron buena parte de los archivos coloniales del gobierno colonial de San Salvador, los archivos ministeriales, legislativos, y del poder judicial. Lo rescatado esa misma noche por el entonces director de archivos y del cual hay una carta que atestigua su labor de rescate esa misma madrugada se conoce con el nombre de Fondo Quemados y se guarda en el Archivo General de la Nación de la República de El Salvador.

El Fondo Quemado es como su nombre lo indica, papeles quemados en sus bordes de expedientes nacionales de diversas oficinas que tenían su sede en el primer Palacio Nacional y sirve de testimonio del funcionamiento del Estado salvadoreño en el siglo XIX.

Lo lamentable de la pérdida del fondo Colonial es que la historia documentada salvadoreña en manos del Estado salvadoreño es muy poca, debiéndose apoyar en los documentos coloniales que resguarda el Archivo General de Centroamérica en Guatemala, los Archivos de la Iglesia Católica o el Archivo de Indias de Sevilla, España. Se sabe que la Alcaldía de Sonsonate resguarda aún documentos coloniales y algunas otras alcaldías también los tienen, muchos de ellos de finales del siglo XVIII o principios del XIX.

¿Qué pasó entre 1890 y 1910 con los restos del Primer Palacio Nacional?

El país siete meses después vivió otra revolución militar de las tantas que sucedieron o han sucedido en la historia salvadoreña. Carlos Ezeta, hombre de confianza de Francisco Menéndez se levantó en armas en junio de 1890 e inició una dictadura de cuatro años hasta 1894. En la década de 1890 el espacio se convirtió en cuartel, denominándose popularmente el Cuartel Quemado hasta que se inició la construcción del segundo y actual Palacio Nacional hacia 1903. Oficialmente se inauguró el 1 de marzo de 1911, al inicio de la presidencia de Manuel Enrique Araujo, quien fuera vicepresidente de Fernando Figueroa entre 1907 y 1911.

He aquí una lista incompleta de otras Joyas Quemadas:

En un país proclive a terremotos e incendios, sobre todo hablando de estos últimos, vale la pena recordar otros edificios que se han perdido por el fuego en El Salvador.

*Teatro Nacional: Destruido por el incendio del 18 de febrero de 1910.

*Palacio Municipal (ubicado al sur de la actual Plaza Libertad): destruido por el incendio del 24 de febrero de 1919.

*Catedral de San Salvador: destruida por el incendio del 7 de agosto de 1951.

*Edificio de la Universidad de El Salvador (predio ubicado al norte del Palacio Nacional): destruido por un incendio el 9 de noviembre de 1955

*Cuartel de Infantería de San Salvador (hoy Mercado Ex-Cuartel): 12 de abril de 1956

*Mercado Central Nacional (actual predio Hula - Hula): quemado en el año 1961.

*Mercado Emporium; Construido en 1925 y destruido por un incendio en el año de 1974.

*Iglesia de San Esteban: destruida por un incendio el 7 de enero de 2013.

Vale la pena mencionar que aún sobreviven en San Salvador algunos edificios de principios del siglo XX tales como el Hospital Rosales, la Iglesia de San Francisco, la Basílica del Sagrado Corazón o la más tardía Iglesia El Calvario; y que aún siendo los tres primeros hechos de madera y lámina han resistido el paso e inclemencias del tiempo y la indiferencia cultural.

También no se puede dejar de mencionar que es necesario que el Estado salvadoreño le ponga más atención a la protección del patrimonio documental pues no se puede dejar al azar tal protección al resguardo de edificios en precarias condiciones o edificios patrimoniales como el Palacio Nacional, que aunque hermoso no es un edificio para archivos, por lo que urge una ley y su respectivo reglamento que regule con criterios técnicos el manejo de los papeles históricos nacionales, empezando por la construcción de un edificio moderno exclusivamente para tal fin.

De igual manera no debe confundirse la función del Instituto de Acceso a la Información Pública con la función de un Archivo General.

¿Por qué? Pues porque un archivo general y sobre todo uno nacional muestran el funcionamiento administrativo del Estado de un país y sus gobiernos, con transparencia en su acceso y honestidad a la ciudadanía. También porque junto con museos y bibliotecas nacionales, los archivos guardan la memoria de la colectividad de seres humanos que hacen la nación; una memoria que no debe ser parchada ni condicionada por los caprichos de los gobernantes.

domingo, 15 de septiembre de 2019

Sobre el Acta de Independencia

Por: Carlos A. Medina Rivera

Al celebrar un aniversario más de la independencia de Centroamérica, ¿o de Guatemala?, ¿o de cada uno de los cinco países miembros del reino de Guatemala? vale el esfuerzo de repasar algunos detalles acerca del acta en sí, pero ¿Cuál acta? ¿La del 15 de septiembre?, ¿La del 21 de septiembre de 1821? ¿O la del 1 de julio de 1823?

Obvio, nos referimos a la del 15 de septiembre de 1821; aunque hay dos actas más, efectivamente la de San Salvador del 21 de septiembre de 1821 que es cuando arriba el correo procedente de Guatemala anunciando lo sucedido el día 15, y la del 1º. de julio de 1823 cuando después del episodio de la anexión forzosa al imperio mexicano, que no la república mexicana, las llamadas Provincias del Centro de América se declaran libres de México, España y cualquier otra potencia extranjera.

Así, se puede mencionar  que:

*El 15 de septiembre de 1821 fue un día húmedo, había llovido la noche del 14 y la nueva Ciudad de Guatemala amaneció con varios charcos y sus paredes y techos mojados por la precipitación.

*La firma del Acta ocurrió en el Real Palacio, destruido por el terremoto de 1917 pero cualquier viajero puede ver la placa conmemorativa al sitio en la Parque Centenario de la capital guatemalteca indicando su ubicación precisa.

*La ciudad de Guatemala de la Asunción no tenía ni 50 años de estar en su locación actual pues el terremoto de 1773, la “Ruina de Santa Marta” del 29 de julio del mencionado año, que destruyó la ciudad de Santiago de los Caballeros (hoy Antigua Guatemala) provocó su traslado al Valle de la Asunción.

*En el documento se mencionan tres ciudades ahora en territorio mexicano: Ciudad Real, capital de la provincia de Chiapas, Comitán y Tuxtla, hoy Tuxtla Gutiérrez; todas pertenecientes actualmente al estado mexicano de Chiapas, unido definitivamente a México en 1824.

*Se le atribuye su redacción al cholutecano  José Cecilio del Valle, del Valle se trasladó con su familia a la ciudad de Guatemala a los 12 años.

*El Acta consta de 18 artículos y tuvo 13 firmantes, aunque no todos los presentes estuvieron de acuerdo con la independencia. De los 30 asistentes, 23 apoyaron la independencia y 7 se declararon en contra.

*Se insta a la formación de un congreso que defina de una vez la forma de independencia y gobierno, además de una ley fundamental “que se deba seguir” La Constitución que definió lo anterior fue la de noviembre de 1824.

*En el Acta se menciona la proporción de 1 diputado por cada 15 mil habitantes, en una Centroamérica que apenas llegaba al millón de habitantes. El censo de 1808 del intendente Antonio Gutiérrez y Ulloa arrojó una población de salvadoreños de aproximadamente 200,000 individuos.

*La población africana es la única mencionada en el acta como grupo racial.

*Asambleas en verano. El  1º.de marzo de 1822 se designó como fecha límite para que se reúnan en la capital los diputados provinciales.

*6 funcionarios son mencionados por su nombre en el Acta: Gavino Gaínza, Miguel Larreynaga, José del Valle, José Valdés,  Ángel María Candina y Antonio Robles. No todos los funcionarios firmaron el acta, pues algunos como José del Valle favorecían la anexión a México, incluso Valle fue Secretario de Exteriores del gobierno mexicano en tiempo del Primer Imperio 1822-1823. Candina es salvadoreño, mencionado entre los funcionarios pero no es firmante del Acta. Por tanto, no se debe confundir a los funcionarios que son mencionados a manera del gabinete de Gavino Gaínza con los 13 firmantes del Acta.

*Se le pidió al Ayuntamiento de la Ciudad acuñar una moneda en conmemoración de la independencia.

*5 artículos del Acta están relacionados con el papel de la iglesia católica: 10, 11, 14, 17 y 18.

*El Acta estuvo perdida y fue encontrada en el año de 1934.

¿Quiénes fueron entonces los firmantes del Acta de Independencia?

Fueron 13 hombres de diverso origen, pero básicamente guatemaltecos, salvadoreños y españoles en su origen.
Gabino Gaínza: español

Mariano de Beltranena: guatemalteco

José Mariano Calderón: salvadoreño de San Vicente.

José Matías Delgado: salvadoreño de San Salvador

Manuel Antonio Molina: salvadoreño

Mariano de Larrave: guatemalteco de origen vasco

Antonio Rivera: guatemalteco

José Antonio de Larrave: guatemalteco de origen vasco, hermano de Mariano

Isidoro del Valle y Castraciones: español de Santander. No confundir con Cecilio del Valle.

Mariano de Aycinena: guatemalteco de origen  vasco

Pedro de Arroyave: guatemalteco de Sacatepéquez

Lorenzo de Romana: español  de Mallorca.

Domingo Dieguez: guatemalteco



Fuentes:

Acta de Independencia de Guatemala del 15 de septiembre de 1821.

Efemérides de la República de Centroamérica por  Alejandro Marure

Chiapas Mexicana por Mario Vásquez Olivera, Península, 2008.

Censo de la Provincia de San Salvador de 1808 por Antonio Gutiérrez y Ulloa, Intendente de San Salvador.

Internet:
Deguate.com

domingo, 4 de agosto de 2019

Diplomacia bajo fuego


Diplomacia bajo fuego: el primer embajador estadounidense en El Salvador.


Por Carlos A. Medina Rivera

Más bien, el primer jefe de legación de los Estados Unidos de América en El Salvador, el diplomático James Rudolph Partridge (Maryland, EUA 1823-Alicante, España 1884).

James Rudolph Partridge fue un abogado y diplomático de carrera, graduado de Harvard, político estadounidense y Secretario de Estado del estado de Maryland, designado por el presidente Abraham Lincoln en 1862 como jefe de legación a Honduras y breve tiempo después trasladado a San Salvador donde sirvió como ministro residente durante tres años de 1863 a 1866. Fue designado Ministro residente el 16 de abril de 1863 pero presentó sus credenciales ante el gobierno salvadoreño en junio de ese mismo año.

A San Salvador llegó en tiempos muy convulsos, en medio de la guerra que entonces sostenían Guatemala y El Salvador, que dejaría como consecuencia la caída del gobierno de Gerardo Barrios y el sostenimiento del conservador Francisco Dueñas (1863-1871) por Rafael Carrera, dictador  guatemalteco en el poder desde 1838 y  afín políticamente a Dueñas.

Estados Unidos vio desde muy temprano la oportunidad de reconocer diplomáticamente a las recién independizadas naciones de la antigua América española y Brasil; junto con Gran Bretaña y Holanda fueron los primeros en mandar representantes al entonces gobierno de la República Federal de Centroamérica hacia 1824.

 Embajadores viajeros como Squier (1850) ya habían reportado a Washington el interés que habrían de tener en estas repúblicas del centro del continente. Entre 1863 y 1943 se mantuvo el titulo de Jefe de Legación o Ministro Residente, de 1943 en adelante se usa el término de Embajada, para propósitos de este artículo nos referiremos a Partridge como el embajador de los Estados Unidos de América en El Salvador.

La guerra contra Guatemala inició en los primeros días de 1863, como represalia al apoyo de Barrios al gobierno liberal de Nicaragua y a la invasión que Barrios había ordenado a ese país. Carrera invade El Salvador por el occidente y en la ciudad de Sonsonate Francisco Dueñas presta juramento como presidente de El Salvador, hecho no aceptado por Barrios pero que demuestra el control que Carrera tenía en esa zona del país, además de la influencia en el futuro gobierno conservador.

Gracias a los reportes enviados por Partridge al Secretario de Estado (Ministro de Relaciones Exteriores) de los Estados Unidos de América es posible conocer de primera mano la crudeza de este conflicto para los habitantes de El Salvador, y particularmente San Salvador en los días duros de 1863.

Los reportes fechados entre el 6 de junio de 1863 y el 17 de diciembre de 1865 dan cuenta tanto de la dureza de la guerra, como de los eventos en los que el embajador Partridge defendió los intereses estadounidenses, la salida de Barrios, la victoria de Carrera y el fusilamiento de Barrios en agosto de 1865. Los informes son dirigidos al Secretario de Estado de los Estados Unidos de América, Mr. William H. Seward (1861-1869), del Partido Republicano.

Estos reportes originales se encuentran en el National Archives and Records Administration II de College Park, Maryland, Estados Unidos de América  fueron investigados y traducidos por el autor de este artículo para la obra Gerardo Barrios Recopilación Documental 1856-1878, que tuve el honor de realizar para el Consejo Nacional para la Cultura y el Arte en el año de 2007.

Dicha  obra incluye correspondencia personal de Gerardo Barrios ubicada en el Archivo General de Centroamérica en Guatemala, la Universidad de Tulane en Nueva Orleans, EUA, el Archivo General de la República de El Salvador, Biblioteca del Congreso en Washington, EUA y el National Archives I en Washington DC. Apócrifamente otros han reclamado autoría de esta obra pero aclaro mi persona es el autor material de este trabajo, siendo el actual Ministerio de Cultura su propietario intelectual, que fue publicado por el citado Consejo Nacional para la Cultura y el Arte y financiada por  la embajada de los Estados Unidos en El Salvador en un tiraje de un mil ejemplares distribuidos a embajadas y universidades de los Estados Unidos y varios países de Latinoamérica.

Entrando en materia, los reportes muchos de ellos son escritos en un tono de urgencia ante la situación bélica que afectaba a El Salvador y como se mencionó, la fecha del primer reporte es 6 de junio de 1863.

En el que se puede leer lo siguiente: 

“La confianza aquí (San Salvador) se debilita, la gente está sospechosa; no hay entusiasmo contra Guatemala, y en fin, las cosas parecen estar como de costumbre en estos países, cuando todo el mundo espera un cambio repentino o violento cambio de administración, y lo primero es buscar una posición de neutralidad, lo que mantendría a salvo su fortuna.
Carrera sigue en Jutiapa, con una fuerza considerable, la cual se ha mostrado hacia Sonsonate, en este Estado”

Por Estado el embajador se refiere a la antigua configuración por estados de la extinta República Federal de Centroamérica.

En el siguiente reporte escrito a finales de junio, el embajador Partridge reporta al Secretario de Estado la presencia de Carrera en Chalchuapa, El Salvador y las dificultades económicas que atraviesa Barrios al “fallar en conseguir un préstamo por dos millones de dólares en Inglaterra”, y decir al respecto “dudo si tiene (Barrios) 20 mil dólares en su cofre”
El embajador no le pudo mostrar sus credenciales a Barrios pues este se encontraba en Santa Ana y retornó hasta el 28 de junio a San Salvador, por si fuera poco, Barrios enfrentó una rebelión de los indígenas de Cojutepeque al parecer por problemas que Barrios tenía con el obispo de San Salvador y reportaronse problemas en San Vicente, donde el general Bracamonte partió a sofocarlos.

Lo que si pudo hacer el embajador Partridge, al menos transitoriamente, fue proteger los bienes de ciudadanos americanos en San Salvador. Cuando en un intento desesperado de obtener recursos, enviados del gobierno salvadoreño intentaron confiscar bienes de ciudadanos extranjeros y en particular de un neoyorquino de apellido Knoppel lo que relata en su despacho del 12 de julio de 1863:

“De una vez procedí a la casa del señor Gonzáles (seguido de mi sirviente, con mi bandera) y al serme mostrados por el señor Prieto en un pequeño cuarto los bienes pertenecientes a ciudadanos americanos, y que estaban a punto de ser retirados por un oficial del gobierno, desenrollé mi bandera y la coloqué sobre las cajas en ese cuarto y le dije al oficial que todos los efectos ahí que eran propiedad de ciudadanos americanos estaban protegidos bajo la bandera de los Estados Unidos”

En el mismo despacho Partridge relata que los representantes de Gran Bretaña y Francia (residentes en Guatemala) le han recomendado el cuido de sus connacionales ante cualquier emergencia, lo cual comunicó al gobierno salvadoreño.

El temor a las confiscaciones era generalizado pues el pillaje, saqueos y los empréstitos forzosos eran formas comunes de avituallamientos en las guerras del siglo XIX, tanto así que según el embajador Partridge, en San Salvador:
 “los bienes de esta ciudad...están ahora bajo la protección de sus respectivas banderas, las cuales vuelan en todas direcciones como una forma de protección en caso de asaltos y captura de este lugar. El mismo Gerardo Barrios ha puesto sus bienes bajo la protección de la bandera inglesa.”

Para agosto de 1863, se vislumbra un estado muy difícil pues “la deplorable situación de este gobierno continúa sin alivio y con toda la perspectiva de empeorar” Relata en su informe el embajador Partridge  que el puerto de La Unión ha sido tomado por “una expedición de entre 400 a 500 hombres provenientes de Nicaragua” y que las autoridades del gobierno salvadoreño “han huido previamente” y que los principales habitantes de San Miguel (¿liberales?) también han huido.

Solo sostenían a Barrios 4000 hombres y prácticamente el país entero estaba ya en manos de Carrera, a comienzos de agosto, según los informes de Partridge, únicamente San Salvador estaba controlado por el gobierno de Barrios.

Las potencias extranjeras también estaban al tanto de lo que sucedía en El Salvador, “barcos españoles, ingleses y franceses esperan órdenes para arribar”  y el buque americano  “Saginaw” se trasladó desde Acapulco, México. Obviamente, para la protección de los connacionales de esos países.

El embajador Partridge medió en el conflicto directamente entre Barrios y Carrera, a solicitud de Barrios, Partridge se dirigió a Santa Tecla y le pidió que “procediera a hacer necesarios los arreglos para una entrevista entre él y Carrera para el cese de hostilidades”
No se especifica en el informe adonde tuvo lugar exactamente la entrevista, en la que Barrios quizá inconsciente de su situación desventajosa afirmó que no entregaría el poder ni a Dueñas ni a parte alguna del ejército invasor guatemalteco liderado por Carrera. Aunque Barrios manifestó su voluntad de retirarse del Poder Supremo. 

La entrevista duró desde el mediodía hasta las 5 de la tarde. Por relaciones en los informes, personalmente se puede inferir que esta habrá tenido lugar ya sea a la entrada de Santa Tecla o en algún punto cercano donde se ubica actualmente la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.

Hacia octubre, la situación de Barrios era prácticamente insostenible, Carrera ya había avanzado y tomado el pueblo de San Jacinto, y los generales Zavala y Cerna (sucesor en la presidencia de Guatemala a la muerte de Carrera) ocuparon el poniente y norte de San Salvador respectivamente.

Partridge describe lo duro de los bombardeos, que incendiaron y destruyeron varias casas, matando a mujeres y niños, y reclama que: “mientras se apunta a la casa del General Barrios y otros prominentes salvadoreños esos disparos siempre yerran, y las casas dañadas son las de los residentes extranjeros tales como el vice cónsul inglés…y el cónsul francés quien escapó por poco de morir por la misma causa”

A su regreso de uno de sus viajes a Santa Tecla, Partridge da cuenta de haber encontrado las provisiones casi terminadas, las pipas de agua destruidas  y cerca de 250 personas en los hospitales “mal cuidados y sufriendo por las heridas”

No obstante lo insalvable de su posición, Barrios endurece las condiciones de abandono del poder pues en el reporte del 12 de octubre de 1863, a dos semanas de su caída, Barrios propone la retirada del ejército invasor; hecho que provocó una nueva reunión entre Partridge y Carrera en San Jacinto y después una reunión con el General Barrios para hacerle saber el rechazo de Carrera.

Drama humano: mientras el embajador Partridge salía nuevamente hacia el campamento de Carrera, fue seguido por una multitud de mujeres y niños “en larga procesión”, quienes le imploraron los dejara continuar bajo la protección de la bandera de los Estados Unidos “porque si intentaban abandonar a otra hora, aun autorizados y bajo advertencia, hubieran sido inhumanamente disparados por su propia gente. Los traje conmigo”

De los últimos días del gobierno de Barrios, Partridge reporta que la capital está en condiciones “inenarrables y deplorables”, que Barrios se resiste a irse, lo que ha provocado que los extranjeros abandonen la capital.
El mismo Partridge reporta su mal estado de salud pues por “la exposición que he sufrido al sol tropical del mediodía al cabalgar de campamento a campamento, me han causado fiebres; y he sido capaz aunque con dificultad, de venir al Puerto y luego a La Unión, donde espero que unos días me restablezcan”

Barrios sale de San Salvador. En reporte fechado el 4 de noviembre de 1863, desde La Unión, Partridge informa que Barrios salió de la capital  la mañana del 26 de octubre, curiosamente día del cumpleaños 40 del embajador Partridge, y que hubo mucho desorden y pillaje, tanto por las tropas de Barrios como por la chusma (sic) de la ciudad y por las tropas de Carrera. Barrios salió con 1200 hombres rumbo a San Miguel, dejando prácticamente sin autoridad la capital.

Funcionarios del gobierno de Barrios (su ministro de Exteriores y un empleado del Tesoro) más dos militares fueron fusilados en el camino a Santa Tecla.
Dos años después de los acontecimientos de 1863, a principios de 1865, Partridge reporta que “El Salvador se tambalea bajo una deuda “interior” de 800,000 dólares; además de un pago secreto mensual de 10,000 dólares a Carrera, personalmente para él y por el restablecimiento de La Libertad”

Uno de sus últimos reportes en El Salvador muestra ya algo de optimismo respecto de la situación del país, el del 17 de diciembre de 1865, menciona que la república ha quedado sin convulsiones políticas o disturbios y no duda en afirmar que “Barrios fue ejecutado en cumplimiento de sentencia de un Consejo de Guerra, este asesinato (porque no merece otro nombre) tomó lugar a las 4 de la mañana de ese día (29 de agosto), sin previa intimación al público el cual se volvió muy exasperado y excitado tan pronto se conoció la noticia. Hubo señales de una turba y conmoción las cuales fueron de una vez suprimidas”.

No omite manifestar el embajador Partridge que no hay un hombre con la capacidad y resolución para sustituir a Barrios en el Partido Liberal (¿crisis de liderazgo ya en el siglo XIX en los liberales?), que acaban de pasar elecciones para diputados y que las Cámaras (entonces El Salvador tenía un Legislativo bicameral, hecho que cambiaría con la Constitución liberal de 1886 y que aún se mantiene a la fecha) se reunirán en enero de 1866. Respecto de las finanzas públicas  menciona que la “situación financiera está mejor desde que se exige que todas las obligaciones en las aduanas se paguen con dinero” y que respecto a la deuda el gobierno ha anunciado que pagará “el primer compromiso de interés el 1 de enero de 1866”.

Quizá a muy pocos de los aproximadamente 55 embajadores estadounidenses les habrá tocado experimentar conflictos tan duros como el que vivió James Rudolph Partridge en El Salvador, comparables en intensidad solo a los momentos álgidos del conflicto armado entre 1980 y 1992.

¿Qué fue de James Rudolph Partridge después de su paso por El Salvador?

Bajo un nuevo gobierno en Washington después del asesinato de Lincoln, con la Guerra Civil terminada en victoria para la Unión, y en la presidencia Andrew Johnson; Partridge regresó a Baltimore, según el periódico Baltimore Sun en su edición del 26 de febrero de 1884; fue hasta 1869 que Partridge volvió al servicio exterior, esta vez a Venezuela, donde estuvo hasta mayo de 1870, cuando regresó a Estados Unidos debido a la salud de su hija. Partridge ya había perdido a su esposa Mary Baltzell Partridge en 1854. El embajador tuvo dos hijas, Francis Eleanor y Anne Mary ambas fallecidas en su juventud a los 22 y 32 años respectivamente. 

Entre 1871 y 1877 sirvió como embajador en Brasil. Entre 1878 y 1881 trabajó en la comisión que estudió los reclamos mexicanos hacia los Estados Unidos por cuestiones fronterizas. Su último trabajo diplomático fue ante el gobierno de Perú, donde permaneció un año y fue sustituido.

Por razones de salud decide viajar a Europa, visitando Havre en Francia, Turquía, Egipto, Tierra Santa y Beirut, donde tuvo complicaciones cardíacas, volvió al continente europeo via Malta y se trasladó a Málaga de donde decidió ir a Marsella, Francia, cuando se movilizaba rumbo a ese puerto francés, sufre una complicación de salud en Alicante y en España fallece, presuntamente de un suicidio. Aunque este mismo medio cita a parientes que afirmaron que Partridge no era del tipo de persona que buscaría por su propia mano acabar sus días, sino más bien lo atribuyen a un paro cardíaco en Alicante, España y que el cable confundió las palabras en inglés “seaside” por “suicide” de sonido similar.

Partridge fue sucedido en El Salvador por Alpheus Starkey Williams (1867-1869).

Los restos de Partridge descansan en el Green Mount Cemetery en la ciudad de Baltimore, estado de Maryland, EUA

                                             



Fuentes:
Libro: Gerardo Barrios. Recopilación Documental 1856-1878. Consejo Nacional para la Cultura y el Arte, San Salvador, 2007.

Sitios de internet:
www.marylandstate.gov, sitio oficial del gobierno del estado de Maryland.

www.state.gov, sitio oficial del Departamento de Estado de los Estados Unidos

The Baltimore Sun, febrero 26, 1884.